España
En esta XXX edición del cursillo han participado niños de Baeza, Jimena, Jaén, Pegalajar, Sabiote, Manzanares y Linares. A lo largo de cuatro días los chicos han podido conocer más a fondo la vida del Seminario. Entre los actos programados había actividades de lo más variadas: misas, oraciones, catequesis, y muchas actividades lúdicas y deportivas. Asimismo, este tipo de encuentros pretende inculcar una serie de valores como el compañerismo, la solidaridad o la fraternidad. «Lo más importante de un monaguillo es su comportamiento, pero no sólo en el altar, sino también fuera de la parroquia. Mediante estos encuentros intentamos también inculcar una serie de valores para que el muchacho sea ante todo buena persona, sea generoso con los demás, sepa ayudar al que lo pasa mal . En definitiva, que sean monaguillos de verdad», asegura Juan Antonio.
Encuentro con padres
Una de las actividades más interesantes y entrañables es el encuentro con los padres, durante la jornada del domingo. «Es costumbre que el último día, cuando los padres vienen a recogerlos, compartan con nosotros un rato. Celebramos la eucaristía y después pasamos al salón de actos donde ponemos un vídeo para que los padres puedan ver y disfrutar de lo que han hecho sus hijos durante la convivencia. Es una fiesta entrañable», comenta el seminarista mayor. Desde el Seminario se organiza este cursillo anualmente, así como todos los meses se celebran los encuentros vocacionales 'Manuel Aranda', cuyo último fin es reflexionar sobre la posible vocación y ayudar a los chicos en su camino de fe.
Fuente: Ideal.es
Fuente: Ideal.es
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